Combinar con otros colores, usar únicamente tonos neutros o no prestar atención al tipo de acabado ni a la calidad de la pintura, son algunos de los errores que se cometen antes de pintar las paredes del hogar. A continuación te damos 8 consejos para pintar las paredes de tu casa.

No tener miedo a equivocarse

Si existe miedo a pintar, se puede acabar jugando solo con colores neutros, o por el contrario, exagerar pintando todas las paredes con colores fuertes y vibrantes. Uno de los mayores errores al pintar las paredes de casa es no crear contraste. Todo no es blanco o negro, los colores tienen tonalidades y debemos aprovechar eso para crear ambientes. Si nos equivocamos, no nos tiremos de los pelos, siempre podemos pintar encima o llamar a un profesional para que nos ayude.

Prestar atención al tipo de acabado

Un acabado mate, por ejemplo, permite ocultar defectos, pero también tiende a acumular más suciedad al ser pintura más porosa. Los acabados brillantes o semi brillantes son más resistentes y facilitan la limpieza, pero tengamos en cuenta que grandes espacios con paredes brillantes molestan a la vista. Antes de pintar, hay que pensar bien qué acabado o tipo de lustre elegir.

Coherencia en los colores

Es interesante que el entorno siga un determinado estilo y exista una relación coherente, aunque tengan colores o tonalidades diferentes. La vivienda en general y todas sus estancias tiene que seguir una línea lógica.

No exagerar un color

Cuando nos enamoramos de un color es fácil terminar exagerando en cantidad y en tonalidad e intentar equilibrar el ambiente con tonos neutros. Dar algunos toques de blancos o grises ayudará a que no se nos vaya de las manos.

No utilizar el mismo color para toda la casa

La palabra clave es equilibrio. Si no varían los tonos nos acabamos cansando del ambiente. La mejor opción es crear un esquema con dos colores diferentes que no dejen ambientes monótonos o enquistados.

Las malas combinaciones

Es muy tentador elegir los colores de las paredes de acuerdo con la decoración, pero no es aconsejable. El resultado puede crear un ambiente pesado y asfixiante. Apuesta por un solo color y combínalo con tonos más suaves que la referencia principal. Por ejemplo, para viviendas de techos altos, se recomienda pintarlos dos tonos más oscuros que las paredes.

Cambio radical

Pintar las paredes de casa puede convertirse en un mal de cabeza y es comprensible que finalmente no cambiemos el aspecto de nuestro entorno y lo dejemos como está. Para evitar esa presión, lo mejor es no cambiarlo todo a la vez, empezar por una estancia o estancias e ir cambiando el resto progresivamente, adecuandolo a lo que ya hemos hecho anteriormente para seguir un mismo estilo.

Pintar los techos de blanco

Los techos casi nunca reciben atención y pueden ser un factor clave en el proyecto. Debemos evitar el color blanco, con un tono de gris claro conseguiremos un ambiente más fresco y si optamos por un color crema, obtendremos un espacio más acogedor.

En caso de dudas o dificultades nunca es mala idea contactar con un profesional. En próximos posts, hablaremos de los errores que cometemos antes de ponernos manos a la obra con la pintura de paredes.